Si se sabe mirar, hay algo semioculto en la portada del libro
“Subcomandante Marcos”, escrito y dibujado por Ian Debiase, pero que ahí está.
Bajo la gorra estrellada y los ojos del Sub, tras los sellos editoriales
responsables del bello volumen (Historieteca en coedición con Nunca Editora),
hay insinuado un camino colorado que se pierde en el verde del monte. Yo dije
“acá hay algo” y agarré el sendero de una. Lo bien que hice.
Las referencias anteriores que tenía de Ian Debiase no se asemejaban para nada con la
propuesta de “Subcomandante Marcos”, ambas eran más bien humorísticas
aunque también diferentes entre sí. La primera es la historieta “Canilla
Libre”, que creó y dibujó para la revista Sudestada. Allí (con guiones de
Ramiro Montero) daba vida a un canillita dueño de extraños poderes y a su perro
Garufa, una dupla hilarante que nunca llegaba bien parada al final de cada
episodio. “Nuncaenlavida”, en cambio, es una tira de humor sobre temas diversos
de la vida cotidiana, sin personajes fijos o principales. Si uno además hojea
los dos libros anteriores de Debiase (“La vida se parece tan poco a
nuestros sueños que festejamos cada vez que llega el fin de semana” y “Corazón
Sputnik”), ambos cargados de lírica ricotera e ilustraciones con fuerte
crítica al sistema, vuelve a sorprenderse de que se trate de la misma persona.
¿O no tanto? Es que en todos estos trabajos, para ponerlo en palabras del
autor, hay un mismo carácter. Pero mejor dejo que se los explique él mismo, que
me recibió en su estudio para charlar sobre “Subcomandante Marcos” y de paso poner en duda ciertas
concepciones sobre el arte en general…
2. Al Rescate
Comics: Hablemos primero de “Subcomandante Marcos”. ¿Cómo se
te ocurrió hacer esta historieta? No es una biografía, no es una crónica ni una
mera enumeración cronológica de hechos...
Ian Debiase: La idea del
libro nace con la admiración previa que yo tengo por el personaje de Marcos y
por la gesta y el laburo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En un
primer momento la idea era hacer una biografía del personaje, o quizás contar
en historieta la historia del EZLN. Y me pasó que para empezar a pensar
el guión, me puse a investigar más sobre el tema y profundicé en los textos, en
los propios discursos de Marcos. Las cartas, los comunicados, los textos
escritos. Y entendí que lograr los climas que logra el Subcomandante Marcos en
sus textos iba a ser un trabajo inútil por fuera de ellos. Entonces ahí la
idea, que todavía no era un libro, dejó de ser la de una biografía, sino la de
trabajar con los textos, convertirlos a historieta. Es decir, no incluirlos en
una estructura argumental propuesta por mí, insertándolos apenas en los
cuadritos, porque así iban a terminar siendo protagonistas. Entonces la idea
fue convertirlos. Eso le dio pie a un tipo de trabajo y de narrativa totalmente
distinto de lo que yo suponía que iba a ser. Porque obligadamente tenía que
buscar la forma narrativa desde lo visual para algo que no está pensado como un
guión.
Yo creo que esa condición abrió la posibilidad para
que el dibujo pudiera soltarse de los ABC acostumbrados de una historieta.
Porque me di cuenta que para no anclar los textos en una forma narrativa un
poco más tradicional, que es la de un argumento o guión de historieta, lo mejor
que podía pasar era que el dibujo acompañara un poco el vuelo que tenían los
textos, que fuera en lo posible, parejito hacia donde los textos iban. El libro
fue dibujado un poco de esa manera, tomándose las libertades que planteaban los
textos.
ARC: No hace falta
ni abrir el libro para remitirse inevitablemente a la biografía del Che que
hicieron Héctor Oesterheld, Alberto y Enrique Breccia. Y hay otra
correspondencia, me parece, entre la obra de HGO y el zapatismo: el tema del
héroe colectivo. Se ha dejado en claro siempre que Marcos en realidad no
existe, que es el personaje que los zapatistas crearon como cara visible (más
allá del pasamontañas, claro) para oficiar de vocero de todo el movimiento. Vos
fundiste a Marcos con el Eternauta, dibujando en un cuadro al Sub como el
mítico Eternauta de Solano López, ese que camina de frente…
ID: Con respecto
al Che de los dos Breccia y Oesterheld, es una referencia ultra presente para
mí a la hora de hacer este libro. Pero en general es una de las historietas más
admiradas por mí, de todas las que leí. Parte de decidir esquivar la forma de
biografía fue también porque yo sentí que mi libro se iba a parecer demasiado.
Pero sí, “Subcomandante Marcos”, el libro, está como un nenito mirando a
su papá, en ese sentido. “Vida del Che” está presente acá.
Con respecto a lo que decís del Eternauta y tu lectura
sobre el héroe colectivo y la analogía con Marcos, me sorprende y me gusta. Yo
puse una viñeta, concretamente, donde Marcos deja al Viejo Antonio y se va
caminando igual que el Eternauta. Es un guiño, no estaba seguro de si alguien
se iba a dar cuenta (por lo visto vos sí). Está Marcos dibujado en la típica
postura del Eternauta caminando bajo los copos de nieve, y yo dibujé algunos
alrededor de Marcos también. Pero es un guiño, como un intercambio de miradas
irónicas entre dos amigos en una reunión donde tienen que ocultar la
complicidad. Es eso. Yo supongo que alguien que no está empapado lo suficiente
del Eternauta esa viñeta la pasa de largo y funciona como una más dentro del
libro. Y habrá también quien lo note.
ARC: Por todo esto que mencionás, a HGO no hacía falta ni
nombrarlo para que estuviera presente en el libro, sin embargo en determinado
momento aparece “a cara descubierta”, junto a su familia. Hablame de esa
decisión tuya.
ARC: Charlando hace poco con Lucas Nine, surgió el concepto de tejido conectivo, con respecto a ciertos elementos
en el dibujo que a veces son objetos o segmentos de negros plenos, y que al
repetirse a lo largo de una historieta la unifican. Lucas daba como ejemplo las
“gotitas de Olivera” o las “texturas Del Castillo”. Aparecen en tu libro marcas
como de capuchones o barritas…
ID: Es un recurso que tomé de Alberto Breccia, que convertía a
sellos cualquier tipo de objeto. Es un recurso que tomé de ahí y me parecía que
, más allá de que no es algo que se me ocurra a mí, de que lo saqué del Viejo,
lo que da finalmente en la página ese tipo de cosas es que siempre hay algo del
orden de lo inesperado. En pequeña escala, controlado. Porque en el caso del
capuchón, sabés dónde aplicarlo. A veces tapás una parte para que no sea el
objeto total, por ejemplo. Pero en una mancha siempre hay algo del orden de lo
espontáneo. Y da resultados visuales muy frescos eso. Se nota cuando sumás la
mancha. La línea es la mancha pensada, la mancha es la mancha
ARC: Más allá de la influencia de Breccia, sé que estudiaste con
Juan Zanotto. ¿Cómo fue tu formación con él y qué otros referentes tenés?
ID: A Juan lo
conocí en el año 2000 en la
Escuela Argentina de
Historietas. Cursé ese primer año de dibujo con él y ahí surgió la posibilidad
de estudiar de manera particular y empecé a ir varias veces por semana a su
casa y fue así hasta 2005, que murió. El viejo tuvo conmigo una generosidad
infinita. Fue el único estudio de dibujo que tuve, y ni siquiera era del todo
formal porque me trataba como si fuese de la familia. Poco después empecé a
trabajar en el estudio de Alberto Saichann y Omar Aranda, donde estuve varios
años también y aprendí bocha de cosas, pero ya era una situación de trabajo.
De todas formas, me reconozco más influenciado por otras
disciplinas antes que por la historieta, de hecho mi cultura historietística no
es muy rica que digamos. Pasé más tiempo con la literatura y la música y
termino teniendo más presente aquellas cosas que a referentes de la historieta.
Desde Camus, Onetti a Groucho Marx, Radiohead o el tango, es una bolsa de
cosas. El arte político de los 60 y 70s. La llamada Contracultura. Por más cool
y de moda que estén hoy. De historieta, Alberto Breccia, Pratt, José Muñoz,
Zanotto, Quino, HGO también están presentes todo el tiempo, son los que me
parecen admirables, porque te esculpen el adoquín que tenemos en la cabeza, y
eso no pasa mucho. Y después hay otra dimensión de lo constitutivo de la que no
se suele hablar tanto porque quizás es más vivencial, pero es increíble lo que
pesan las experiencias a la hora de dibujar o de contar algo, y eso se nota. No
digo para hacer piecitas autobiográficas del tipo “Cosas que me pasaron esta mañana”,
sino esas experiencias que se parecen a las lecturas porque te van construyendo
los puntos de vista y se terminan filtrando en lo que hagas. En el momento
pensás que no tiene nada que ver, pero después ves que se dibuja muchísimo con
eso también.
ARC: El libro se abre con una breve nota tuya en la que definís
lo que suele llamarse “estilo” como un equívoco. ¿Te gustaría ampliar un poco
esa idea?
ID: Lo que yo creo es que la búsqueda del estilo está muy bien
y es necesaria, pero hay un riesgo muy grande que es caer en el estilismo. Y en
general (por lo menos en la historieta, que es de lo que hablo en esa nota del
comienzo) con ese estilismo se termina defendiendo y fotocopiando rasgos, que
no hacen (a mi entender) al estilo de nadie. Yo no estoy muy interesado en que
se reconozca un dibujo mío por la forma más cuadrada o redondeada de una nariz,
o la forma en que dibujo las manos de un personaje. No estoy persiguiendo eso,
si ocurre será fatalmente. Pero no me parece que un dibujante tenga que buscar
eso. Porque me da la sensación de que se parece más a cuidar un patrimonio
acumulado, que a una búsqueda creativa o de hacer algo que te entusiasme. Y yo
supongo que cuando dibujaste narices lo suficiente para que te salgan siempre
iguales, en algún momento te tenés que erotizar un cacho con hacer algo de otra
forma. Entonces las ideas de estilo me parece que están muy cruzadas por todas
estas cosas. Yo prefiero hablar de carácter. Tengo muy en claro el carácter de
los tipos que yo admiro. Se ve en lo que hacen, se ve muy claramente el
carácter en un dibujo, en una canción o en una novela. No el carácter o
temperamento de la persona, sino de la obra. Si hay algo que uno debe buscar es
un carácter que unifique todo lo que vos hagas, no tanto un estilo de dibujo.
ARC: ¿Qué sería lo que une a “Subcomandante Marcos” con tus libros anteriores?
ID: (Larga pausa) No lo sé. Yo siento que son parte de un todo.
Les veo muchas diferencias, pero… digamos que es otro plantel de un mismo
equipo. La camiseta es la misma, el cuadro es el mismo, los hinchas son los
mismos, pero son otros jugadores. Hay una unidad íntima, que va más allá de que
los haya hecho yo. Lo que sí veo es que en ninguno de los tres hay una
preocupación muy grande por dar en la campanita. Por cumplir o tildar ítems. En
los tres libros hay una mesa renga. Los primeros dos tienen un formato raro
porque no son ilustración, ni textos ilustrados ni textos que expliquen las
ilustraciones, conviven las dos cosas. Además son breves, y son un formato que
está medio de espaldas a otros libros. Y con la historieta de Marcos puede
pasar lo mismo. Terminó siendo un formato que se dio espontáneamente. Eso le da
un carácter a los tres de bichos queridos.
ARC: Los primeros dos los publicaste vos mismo desde tu sello
Nunca Editora. Para “Subcomandante Marcos” te aliaste con Historieteca. Contanos
un poco de tu experiencia individual como editor independiente y cómo
surgió esta coedición.
ID: Yo le había
mostrado a Marcelo (Pulido) las primeras páginas que tenía hechas, en 2013, y a
partir de ahí cada vez que nos veíamos salía el tema. Creo que los dos
estuvimos muy confiados y predispuestos desde el primer momento. En el medio,
saqué los otros dos libros, y para Marcos unimos el trabajo. Entonces
nos repartimos las tareas y todo anduvo joya. Con respecto a Nunca arrancó
con la única finalidad de poder tomar decisiones editoriales con respecto al
material. No hay pretensiones ideológicas, ni las hubo ni las hay. Eso es algo
con lo que yo jodo desde la página, jugando con todos los yeites de esa llamada
revolución caviar… hablaba con alguien el otro día: deberíamos dejar de usar
las palabras “independiente” y “autogestión” por dos años, parafraseando a
(Luis) Barrionuevo. Entonces fue así, todo aquello que conocí del mundo
editorial, fue yendo yo atrás de mis libros. Venimos de un veranito desde hace
unos años, donde empezó a editarse muchísimo en Argentina. En líneas generales
con muy buena calidad de material y de edición. Y esas son las editoriales que
fueron surgiendo, algunas más cercanas en el tiempo, pero otras desde hace una
década o más, casi todas medianas o chicas, y que son las que hoy por hoy nos
dan las novedades. Pero me parece que ese veranito se acabó. Por decisiones
políticas, condicionamientos económicos, se volvió más difícil editar y ha
vuelto a ser cada vez más difícil otra vez. Porque es un ciclo que ya ha
ocurrido. Yo supongo que eso no va a hacer mella en la producción, porque
Argentina tiene esa cosa misteriosa e inexplicable de que nadie deja de hacer.
Y en la historieta quizás sea el doble de misterioso. Sí veo que gracias a ese
empuje, en los últimos años la historieta empezó a tener un lugar aceptado en
círculos y en ámbitos donde antes no entraba o entraba muy ocasionalmente. Cada
vez más charlas en universidades, en algunas se ha creado la carrera de
ilustración, de historieta, se hacen concursos nacionales o municipales. Creció
el número de eventos de historieta, está ocupando más lugar en las librerías y
debido a eso, a un público más general le es cada vez menos ajena. Pero no creo
que sea algo masivo ni veo que lo vaya a ser, no podemos hablar de industria.
Ahora bien, sería bueno que pudiéramos hablar de industria en términos
estrictamente laborales, y culturales si querés. No en términos artísticos,
porque ésas son cosas que no tiene nada que ver una con la otra. Una industria
no te va a garantizar material de excelencia. Sí te va a garantizar que va a
haber trabajo, trabajo mejor pago, una circulación, un producto cultural,
fomento. Ese tipo de cosas. Pero dado que no la hay, encuentro algo positivo y
es que esa factura queda en manos de gente que al final lo hace con mucha
entrega, desde los dibujantes, guionistas, editores hasta los lectores,
periodistas de historieta, etc. Me refiero a todos. Y los resultados tienden a
ser menos conservadores y estandarizados, porque cuando te animás a tomar
riesgos es porque tu ambición es otra.
ARC: ¿Estás trabajando ya en alguna nueva historieta? ¿Qué
planes tenés para lo inmediato?
ID: Tengo en carpeta
dos o tres cosas más en las que estoy trabajando y que seguramente cuando estén
maduras vayan a tener formato de libro. En general hago, y después veo a donde
va a parar una cosa o la otra. Por lo pronto, el próximo jueves 13 de julio, a
las 21:30hs voy a hacer una nueva presentación de “Subcomandante Marcos” en el Centro Cultural Matienzo (Pringles 1250, CABA). Habrá
música en vivo, charla y una muestra de dibujos originales. La entrada es
gratis así que están todos invitados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario